5 mitos acerca de las vacunas contra el COVID-19, desmentidos
No, no cambian el ADN. Sí, necesita vacunarse aunque ya haya tenido COVID-19. Aquí, los principales expertos desmienten las afirmaciones falsas y aclaran los puntos.
Ya pasó mucha agua bajo el puente desde que la Organización Mundial de la Salud declaró al COVID-19 como pandemia, en marzo de 2020. El mayor logro: en la actualidad tenemos tres vacunas contra el COVID-19 que están disponibles en Estados Unidos, y desde el 13 de mayo de 2021, más del 70 por ciento de los adultos mayores están completamente vacunados, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Por qué es importante: las vacunas contra el COVID-19 nos protegen contra una enfermedad que causó las muertes de más de 580.000 estadounidenses hasta la fecha. Y en vista de que ocho de cada 10 muertes fueron de personas de 65 años o más, la vacuna es fundamental para los adultos mayores.
En un sentido muy real, no hay tiempo que perder contra el COVID-19. Sin embargo, la velocidad con las que se obtuvieron las vacunas despertó el escepticismo en muchas personas sobre la seguridad de las vacunas y abrió las puertas a un sinfín de teorías conspirativas.
Primero que nada: No, no es cierto. Nadie está usando las vacunas para inyectarle en secreto un microchip para rastrearle.
Con respecto a otros mitos frecuentes, le preguntamos a algunos de los principales expertos en vacunas y enfermedades infecciosas del país que aclararan las cosas, para que usted tenga los hechos y la tranquilidad que necesita.
Mito N.° 1: Estas vacunas fueron creadas demasiado rápido para ser seguras.
Aunque las vacunas contra el COVID-19 fueron autorizadas hace poco, la labor científica que las hizo posible comenzó hace años.
"Creo que la gente no se da cuenta de que hemos estado desarrollando estas vacunas desde hace al menos una década", explica Maria Elena Bottazzi, Ph.D., decana adjunta de la Facultad Baylor de Medicina y experta en el desarrollo de vacunas. "La investigación que ya habíamos hecho sobre otros coronavirus, como SARS y MERS, fue de gran ayuda".
De hecho, antes de que el COVID-19 fuera declarado como pandemia, los científicos ya habían comenzado las primeras pruebas de la vacuna. Cuando quedó claro que el COVID-19 era una gran amenaza para todas las personas del mundo, se comenzó a trabajar a todo vapor en el desarrollo de las vacunas.
Aunque la necesidad de las vacunas contra el COVID-19 era urgente, no se tomaron atajos. Más de 100,000 voluntarios participaron en ensayos clínicos para las tres vacunas que están disponibles en la actualidad y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos evaluó detenidamente los resultados.
"No es que hayamos hecho nada distinto desde el punto de vista científico", dice Bottazzi. "Sencillamente tuvimos una colaboración enorme", además de apoyo financiero.
Además, hoy en día, cientos de millones de personas de todas partes del mundo recibieron al menos una dosis, dice David Hamer, M.D., profesor de salud global y medicina de la Universidad de Boston y especialista en enfermedades infecciosas. "Los datos se siguen acumulando y sugieren que estas vacunas son muy seguras", dice.
Mito N.° 2: Las vacunas pueden cambiar nuestro ADN
"Esto es absolutamente imposible", dice Paul Biddiger, M.D. jefe de preparación para emergencias de Massachusetts General Hospital y presidente de la junta de asesoramiento para la vacuna contra el COVID-19 de Massachusetts.
Bottazzi coincide. "No hay ninguna evidencia científica ni premisa biológica de que esto pudiera suceder", dice.
De hecho, las vacunas no interactúan para nada con el ADN. "Las vacunas de Pfizer y Moderna están hechas con ARN, que no puede cambiar el ADN y nunca ingresan al núcleo", que es donde la célula guarda el ADN, explica el Dr. Biddinger. La vacuna de Johnson & Johnson contiene un trozo del ADN del coronavirus, pero "no es capaz de integrarse con nuestro ADN", dice.
Para obtener más información sobre cómo funcionan las vacunas, vea las principales preguntas y respuestas sobre las vacunas contra el COVID-19.
Mito N.° 3: Si ya tuvo COVID-19, no necesita una vacuna
Incluso si se recuperó del COVID-19 y desarrollo cierta inmunidad natural, es posible que no esté protegido contra las variantes que están comenzando a diseminarse, dice Bottazzi. Esto podría explicar por qué una pequeña cantidad de personas que tuvieron COVID-19 pueden infectarse por segunda vez.
También hay evidencia de que si tuvo una infección leve o si tuvo una infección pero no tuvo ningún síntomas, podría no tener la cantidad suficiente de anticuerpos para combatir el virus, dice el Dr. Hamer. La mejor manera de protegerse es darse la vacuna.
Si ya antes recibió tratamiento para el COVID-19, pregunte al médico cuándo debería aplicarse la vacuna.
Mito N.° 4: Los efectos secundarios de las vacunas son peores que otras vacunas
"No hay nada particular sobre los efectos secundarios de estas vacunas", dice Bottazzi. "Siguen el mismo patrón de fiebre, dolores y molestias en el lugar de la inyección como ocurre con otras vacunas, como la vacuna contra la gripe o la Shingrix (vacuna contra el herpes zóster)".
Así que no permita que este mito le impida hacer una cita para vacunarse, dice Bottazzi.
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¿Qué hay de la pausa temporal con la vacuna de Johnson & Johnson (J&J)? Después de revisar exhaustivamente la información de seguridad, los CDC y la FDA recomendaron de nuevo el uso de la vacuna de J&J. Para mujeres menores de 50 años, podría haber consideraciones adicionales de seguridad con la vacuna de J&J, pero las vacunas de Pfizer y Moderna también están disponibles.
Y esto otro también puede darle tranquilidad: normalmente en una cita para vacunarse contra el COVID-19, usted se quedará entre 15 y 30 minutos después de la vacuna para ser monitoreado en caso de que no se sienta bien. Y quizá también ayude planificar la ausencia de mucha actividad el día de la vacuna o al día siguiente, para poder descansar.
¿Tiene más preguntas? Llame a su médico para conversar sobre sus inquietudes o consulte al departamento de salud local para obtener ayuda.
Mito N.° 5: Si una vacuna solo tiene 72 por ciento de efectividad no vale la pena aplicársela
"Esa es la estadística para la vacuna de Johnson & Johnson para la prevención de casos leves de la enfermedad", dice Bottazzi. "Es más de 85 por ciento efectivo para prevenir casos graves de la enfermedad". De hecho, fue 100 por ciento efectiva para prevenir hospitalizaciones y muertes.
Agrega: "Incluso si una vacuna fuera 50 por ciento efectiva, es mejor que 0 por ciento si deja la cosas al azar".
Además, puesto que las vacunas fueron desarrolladas y probadas en momentos distintos, es difícil compararlas exactamente, dice el Dr. Hamer.
En resumen: "Las tres vacunas disponibles previenen casos graves de la enfermedad y eso es lo más importante: evitan que las personas deban ingresar al hospital y posiblemente morir", dice el Dr. Hamer. "Yo les diría, si pueden vacunarse, aplíquense la que tengan disponible".
Para obtener la información más reciente sobre las vacunas contra el COVID-19, consulte la información de los CDC. Y si tiene dificultades para conseguir una cita para vacunarse, vea estos consejos para lograrlo.
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