3 signos físicos de depresión que quizás no conozca

¿Dolores de cabeza? ¿Acidez? Es posible que su cuerpo le esté diciendo que preste atención a su salud mental.

No hay momento como el presente para priorizar su salud. Para ayudarle, aquí tiene un especial Desafío de 7 días para tomar las riendas de su salud. No se preocupe: nadie va a calificarle y los temas son rápidos y fáciles de asimilar. Aquí está la sexta lección. 

Si bien la depresión a menudo se asocia con la tristeza o la sensación de infelicidad e indiferencia, y ciertamente esos pueden ser signos importantes de que algo anda mal, no son los únicos síntomas que vale la pena observar. La conexión entre la mente y el cuerpo es tan fuerte que también puede experimentar síntomas físicos.

"Es muy común que las personas experimenten problemas físicos que parecen no estar relacionados con su salud mental, pero al profundizar un poco más, resultan estar vinculados", dice Scott Kaiser, MD, geriatra y director de salud cognitiva geriátrica del Pacific Neuroscience Institute en Providence Saint John's Health Center en Santa Mónica, California.   

"Necesitamos ir más allá de la idea de que la salud física y mental están separadas, porque tienen un gran impacto entre sí", agrega. Abordar uno puede tener un gran efecto en el otro. "Pero usted tiene que dar el primer paso para reconocer que su cuerpo está tratando de decirle algo".

Estas son algunas de las principales quejas físicas que los médicos tienden a ver y que pueden tener una conexión con la salud mental. Por supuesto, estos problemas pueden provenir de otras afecciones no diagnosticadas, señala el Dr. Kaiser, pero si las experimenta con frecuencia y los tratamientos recomendados no parecen resolver los síntomas, puede valer la pena hacerse una prueba de detección de depresión.

Signo físico #1: dolor de espalda  

La asociación entre las dificultades emocionales y el dolor lumbar crónico es bien conocida entre los investigadores. Pero el estrecho vínculo no se ha comunicado al público. Por sí solos, tanto el dolor como el estrés pueden alterar su sueño. Juntos, forman un ciclo feo, dice Ai Mukai, M.D., un fisiatra especializado en dolor de columna para Texas Orthopedics.

"El dolor, el estado de ánimo y el sueño están regulados por sustancias químicas similares en el cuerpo", dice. "Cuando el dolor está presente, afecta el sueño y el estado de ánimo, y viceversa. Puede convertirse en un problema cíclico si uno de los tres está descompensado, especialmente si hay depresión".

El ciclo es más común con el dolor crónico a largo plazo, agrega. Entonces, si tiene un brote repentino de dolor de espalda, es probable que sea musculoesquelético, pero si tiene un dolor persistente y molesto, la depresión puede estar involucrada. El Dr. Mukai dice que el dolor de espalda crónico también puede causar depresión, especialmente si limita su movilidad y capacidad para funcionar.

"Un plan de tratamiento integral debe abordar su estado de ánimo y los mecanismos de afrontamiento además de su dolor real", dice ella.  

Signo físico #2: dolores de cabeza y corporales 

Al igual que el dolor de espalda, luchar contra el dolor en otras partes del cuerpo también es común con la depresión, y tiende a ser más frecuente entre las personas mayores que tienen depresión, en comparación con las más jóvenes, dice Edith Burns, MD, profesora en la división de geriatría y medicina paliativa en los Feinstein Institutes for Medical Research en Manhasset, Nueva York.  

"Es probable que una mayor proporción de adultos mayores tenga una presentación atípica o no clásica de muchas condiciones, incluida la depresión", dice. "Además de perder el placer de realizar sus actividades habituales, es posible que descubran que tienen síntomas físicos nuevos o que empeoran".

Eso incluye una aparición repentina de dolores de cabeza, por ejemplo. O puede experimentar un dolor que "se mueve", lo que significa que se manifiesta como dolor de rodillas un día y dolor de hombro al día siguiente, por ejemplo. Un estudio publicado en el ​​​​​​​Journal of Pain Research que analizó a 54 personas mayores con dolor crónico encontró que experimentaban depresión más frecuente, menor resiliencia y una menor calidad de vida, en comparación con un grupo de edad similar sin dolor crónico.

Signo físico #3: problemas digestivos 

Hinchazón, estreñimiento, acidez estomacal crónica, malestar estomacal, diarrea, gases, calambres; cuando tiene problemas digestivos, los problemas pueden parecer interminables. Y es muy posible que su estado emocional pueda causarlo o empeorarlo, dice el Dr. Kaiser.

"La conexión entre el intestino y el cerebro es increíblemente fuerte y bidireccional", dice. "Los problemas con la digestión pueden afectar su estado de ánimo y viceversa".

Eso es porque la serotonina, un neurotransmisor extremadamente importante que le da una sensación de bienestar, se produce principalmente en el sistema digestivo. La serotonina es tan importante para su salud mental que muchos antidepresivos actúan optimizando su funcionamiento en el cuerpo.

Cuando su sistema digestivo no funciona bien, puede elevar los niveles de otras dos hormonas en el cuerpo, el cortisol y la adrenalina. Ambos están asociados con el estrés. Si bien pueden ser útiles a corto plazo, como cuando necesita reaccionar rápidamente a un automóvil que lo interrumpe en el tráfico, los niveles crónicamente altos pueden causar estragos no solo en su sistema digestivo sino también en su bienestar mental.

Por ejemplo, su nivel de azúcar en sangre puede aumentar o puede tener una noche intranquila. Ambos efectos pueden empeorar el dolor y dejarlo con una sensación abrumadora de fatiga continua.

Al igual que el dolor de espalda, la depresión y sus efectos pueden acumularse entre sí, lo que significa que a medida que sus problemas digestivos empeoran, su salud emocional también podría hacerlo. 

Qué hacer si nota estos signos 

Si los signos anteriores le hacen sospechar que la depresión podría ser un problema para usted, programe una cita para hablar con su médico, dice el Dr. Kaiser. Pueden ayudarle a determinar lo que realmente está sucediendo y discutir las opciones de tratamiento. Puede beneficiarse de la terapia cognitivo-conductual (una forma de terapia de conversación), los antidepresivos o el ejercicio físico y otros cambios en el estilo de vida, o una combinación de estos.

“A menudo vemos que tratar las dificultades emocionales puede reducir o incluso aliviar los desafíos físicos que enfrentan algunas personas”, dice el Dr. Kaiser, y agrega que los hábitos de estilo de vida como la alimentación saludable, el ejercicio constante y la socialización también pueden ayudar. ​​​​​​​

"Incluso si no tiene depresión, este tipo de cambios positivos puede tener un efecto protector para su salud mental", dice.  

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